miércoles, julio 13, 2022

Querido padre


Cuenta Hector Abad Faciolince que cuando era niño una monja le aseguró que su padre se iba a ir al infierno por no ir a misa. El pequeño Hector lo pensó un instante y luego anunció que no pensaba volver a rezar nunca más. Quiero ir a donde vaya mi papá, dijo.

lunes, julio 11, 2022

Elogio de la ducha

Conocí a alguien que  no era amigo de la ducha. Aseguraba que el mal olor era buen olor. En cierta ocasión me confesó, orgulloso, que solía olerse a sí mismo con satisfacción. Quizá era una forma de afirmación de su singularidad. Probablemente consideraba a su pestilencia un asunto de honestidad. Pero salvo esas olorosas excepciones, desde el siglo XX la facultad purificadora del agua se ha convertido en un asunto de primera necesidad. Ahora nos parece sorprendente saber que en tiempos de los primeros cristianos el baño era repudiable. Se consideraba vinculado a la sensualidad y, en consecuencia, un camino hacia la corrupción espiritual. Aquellos hombres santos entendían el hedor como un signo exterior de inclinación ascética. Clemente de Alejandría aseguraba incluso que se podía identificar a un buen cristiano por su fetidez. Y, ciertamente, todo fundamentalista comunica la imagen de agua estancada, de esencia reconcentrada. En cambio un librepensador es alguien mucho más parecido al flujo de un riachuelo, a alguien sometido a los interesantes caprichos del movimiento.

miércoles, abril 27, 2022

El Perú a veces funciona como un reloj


En medio de un pánico apocalíptico los mensajes empezaron a circular. El poeta español Francisco José Cruz arrancó contando que en nuestra lengua nadie escribe como Carlos Germán Belli. Carmen McEvoy nos recordó que la prodigiosa cajamarquina Ima Sumac alardeaba de haber tenido a aves exóticas como maestras de canto. Janusz Z. Wołoszyn escribió que uno de los capítulos deslumbrantes del arte americano lo ofrecen los huaco retrato de la cultura moche. Mientras todos estábamos encerrados, la revista Quipu, del Ministerio de Relaciones Exteriores, ha estado llevando a todo el mundo los temas de la República del Perú, ese país incansablemente legendario, incluso para los peruanos. Es especialmente valioso este proyecto, con tanto énfasis en lo histórico, en una época en la que los medios de comunicación han adelgazado en extensión y calidad sus secciones culturales, enfocándose incesantemente en la ruidosa actualidad. 

Buscar, seleccionar y decidir es lo que hace un editor, pero lo que determina a un buen editor es su capacidad de decisión. Señalar, marcar y lanzar. Y en esta revista digital es visible el certero trabajo de extraer, de entre miles de opciones escondidas en la marea de las publicaciones, el texto exacto. Vale la pena mencionar también que los muchos autores que escribieron textos originales para el Quipu son especialistas y académicos de varios continentes. Una auténtica impugnación del caos por parte de Alonso Ruiz Rosas. 

viernes, abril 22, 2022

Palabra escrita


 

En el evangelio Juan 8:1-11 hay dos asuntos interesantes. Cuando le preguntaron a Jesús si estaba de acuerdo con matar a pedradas a una adúltera, este se inclinó y escribió algo en el polvo. ¿Qué escribió? El evangelista prefirió no decirlo. Luego, supuestamente, Jesús se incorporó y soltó una de las frases más populares de la historia: “Que tire la primera piedra el que esté libre de culpa”. El objetivo, tenemos que suponer, era establecer que un juicio al prójimo es un acto que debería implicarnos de una manera trascendental, que debería inducirnos a considerar que eso llamado pecado es algo inherente a lo humano, que al juzgar de alguna manera también nos juzgamos. Sin embargo una enorme cantidad de gente prefiere interpretar esa frase como un arma arrojadiza, como una forma de replicar -de acallar- a los que opinan de una manera diferente. Por ejemplo, frente a  la invasión de Ucrania los comentaristas de cantina parecen justificar asesinatos, violaciones y destrucción a nivel masivo recordando eso de que los otros países no están libres de culpa. Pero tal vez lo que el llamado hijo de Dios anotó en la arena es que consideraba imprescindible la lapidación sumaria de los opinadores frívolos. 

domingo, abril 17, 2022

Sumergirse en el oleaje


Se supone que el amor es el gran tema de la literatura y el arte, pero en realidad es la desdicha la inquietud principal de los pobladores de este planeta. Son muchas las obras que tratan de cómo enfrentar la adversidad y son muchas las que de alguna manera inventan recetas para superar el disgusto de lo que suponemos erróneo. Como tantas, El Tío Vania, de Anton Chejov, es una obra en la que todos los personajes principales han fracasado en su búsqueda de la felicidad. Lo potente de esta pieza, y quizá la razón de su presencia en el canon universal, es que aquí se hace evidente que la vida real, las contingencias de la vida cotidiana, son las que corroen lentamente el potencial ideal de cada individuo hasta convertirlo en un sujeto absurdo, incluso malogrado. Cuando los personajes toman conciencia de su triste situación recurren inmediatamente a la típica ocurrencia: atrévete a ser feliz, rompe la dinámica de tu vida y sigue un sueño. Pero no, nadie le pone convicción a esa bonita idea y es Sonia, la más joven de los personajes, la que resume la situación: estamos condenados a vivir, y solo sumergiéndonos en la inconsciencia de la existencia seremos capaces de esquivar la desesperación. La vida es nuestro problema y la vida es nuestra solución.

viernes, marzo 25, 2022

Violencia de la verdad


 La verdad es un asunto complicado

El más pintoresco de sus problemas es que la verdad es el verdugo de la duda

Los tipos que saben la verdad andan por ahí exhibiendo una sonrisa

Lo que irrita es que en demasiadas ocasiones no es verdad nada es verdad

Es solo un error en hermoso traje

Pero hay que reconocerlo la verdad está hecha con pedazos infalibles

Engranajes y esas cosas

Elementos que están en el lugar y en el momento preciso

Y es que las deliberaciones se realizan en un clima caldeado 

De reclamos y urgentes exigencias

Y esas cosas

Y es que al sujeto se le ocurre que se juega la vida 

O algo parecido

Y las personas necesitan esquivar 

Y las personas imperiosamente necesitan alguna convicción

Y hacen una marca en algún catálogo

Las personas escogen necesariamente un producto que se ajusta como un guante

A su particular configuración 

Porque la verdad es que la verdad es el instrumento más  valioso

Un instrumento punzo cortante

Que sirve para rasgar el rostro de todos los equivocados del mundo


De Una Doméstica Impugnación de Infinito (ADB 2020)


jueves, febrero 10, 2022

Estamos jodidos, todos ustedes


 Sumando ausencias fue una acción colectiva realizada en el 2016 en la Plaza de Bolívar de Bogotá en la que cientos de ciudadanos, bajo la dirección de la artista Doris Salcedo, cosieron 1.900 pedazos de tela con los nombres escritos en cenizas de 1.900 víctimas del conflicto armado colombiano. Carlos Granés comenta que al final de este espectacular evento el único nombre que todos podían recordar fue el de Doris Salcedo. En su libro  Salvajes de una nueva época, Granés desarrolla la idea:  “en el arte actual la preocupación por la humanidad y sus tragedias redunda en el beneficio individual. Sin importar que las obras de los artistas sociales afecten la realidad que critican o señalan, a ellos, en caso de entrar en el circuito del arte mundial, no les irá nada mal”.

Parece razonable entonces que un artista auténticamente levantisco tendría que imponerse el absoluto anonimato al realizar obras de arte con intencionalidad política. Incluso sería imprescindible eliminar seudónimos y cualquier indicio que conduzca a un autor singular. Lo que el arte produce es lo único que importa. Porque es muy claro que el sistema ha asimilado al arte contemporáneo. La habilidad del capitalismo para digerir la rebeldía es realmente prodigiosa. Los mensajes políticos empaquetados en proyectos artísticos son inevitablemente inoculados con el aura de una actividad prestigiosa, y entonces el elemento activo, el elemento contestatario, se ahoga en la resonancia de la celebridad del artista. El público, los comentaristas, la prensa, no dirigen su atención al trágico tema de la obra, sino a un acontecimiento de impacto internacional en el ámbito del arte conceptual.  Yo agregaría que los creadores con temática activista pecan de ingenuidad al suponer que su obra es verdaderamente disruptiva. Como se ha visto con el genial Banksy, el orden establecido tan creativamente denunciado es el que hace posible las subastas, donde millonarios se pelean por adquirir sus obras para exhibirlas en sus exclusivos salones. El acto de activismo más poderoso de un artista en el mundo contemporáneo sería negarse a entrar en el sistema jerárquico del prestigio. 


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