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martes, octubre 15, 2024

¿Los árboles crecen hacia el cielo?


El título de la novela La vegetariana, de la escritora surcoreana Han Kang, puede resultar inexacto si lo consideramos en función del núcleo profundo de su trama. A primera vista, parece describir la decisión de su protagonista, Yeong-hye, de dejar de comer carne, un acto que ha sido interpretado por muchos críticos como un evidente rechazo al mundo voraz y violento en el que vivimos. No obstante, esta interpretación, al limitarse a la dimensión social, obvia el significado más radical de la novela. Lejos de ser solo una historia sobre la opción de una dieta verde, La vegetariana aborda un conflicto existencial: el deseo de la protagonista de dejar de ser ese específico individuo que su familia, la sociedad, el destino y hasta la biología le imponen.


Para comprender la verdadera profundidad de la obra de Han Kang, es importante analizar la evolución de Yeong-hye y cómo su decisión de renunciar a la carne es solo el primer paso de un proceso mucho más complejo de deshumanización. El vegetarianismo de la protagonista es un síntoma visible de un malestar profundo: una incomodidad existencial que la lleva a querer abandonar su humanidad, o al menos lo que socialmente entendemos por ser humano. 


Por otra parte, a lo largo de la novela, Yeong-hye va distanciándose progresivamente del mundo que la rodea y de las expectativas que los demás tienen de ella. En este sentido, podemos comparar la obra de Kang con el famoso dilema planteado en Hamlet, de Shakespeare, donde se reflexiona sobre el "ser o no ser". Mientras Hamlet duda entre existir o no existir, entre la vida y la muerte, La vegetariana nos propone una variación más contemporánea y en cierto modo más turbadora: el deseo de la protagonista no es simplemente dejar de tener una existencia, sino dejar de ser una persona y, siguiendo esa ruta, pretende incluso abandonar para siempre el fastuoso reino animal. No es la muerte lo que busca Yeong-hye, sino una transformación, una metamorfosis dentro del universo de lo orgánico.


A medida que avanza la novela, queda claro que Yeong-hye no solo quiere dejar de comer carne sino que quiere dejar de apoderarse de la energía de otros seres vivos. En esa medida no renuncia únicamente a su lugar en la cadena alimentaria, sino que también rechaza su identidad biológica. Se rehúsa a seguir siendo alguien que, como cualquier otro animal, está obligado a devorar. Es entonces cuando su deseo de transformación la lleva hacia una alternativa más radical: la búsqueda de una nueva forma de vida, una modalidad diferente de estar viva.


Yeong-hye decide entonces dirigirse hacia el reino vegetal. Su deseo de convertirse en una planta puede parecer extraño, incluso absurdo, pero encierra un profundo simbolismo. Las plantas están enraizadas, inmóviles, en una relación pasiva con el entorno, obteniendo sus nutrientes de la tierra y el sol. Este anhelo de Yeong-hye por convertirse en una planta es, en última instancia, un intento de escapar de la extrema violencia inherente a la vida animal. Ella busca una forma de existencia pura, desapegada de cualquier vertiginosa dinámica.


En este sentido, La vegetariana puede considerarse parte de un género literario más amplio que podríamos denominar como "el género de los prófugos", aquellos personajes que, insatisfechos con su situación natural, pretenden huir de su propia condición en busca de algo que se ajuste mejor a su singularidad. En la literatura universal, podemos encontrar varios ejemplos de personajes que comparten este impulso. Desde Gregor Samsa, que se transforma en un insecto en La metamorfosis de Kafka, hasta el Bartleby de Herman Melville, que se niega a cumplir con las expectativas sociales y opta por un "preferiría no hacerlo". Estos personajes, como Yeong-hye, son prófugos de su propia naturaleza, seres que se sienten incómodos en el rol que les ha sido asignado y buscan una salida, aunque sea a través de una transformación extrema o una retirada radical de la vida social.


En el caso de La vegetariana, Yeong-hye se aparta cada vez más de su entorno, sus relaciones familiares se desintegran y su cuerpo se va desmoronando físicamente a medida que renuncia a las necesidades básicas de cualquier ser vivo. Sin embargo, este deterioro no debe entenderse como una simple autodestrucción. Más bien, es el resultado de su búsqueda en el horizonte de todo lo que palpita.


Al final, la novela de Han Kang nos confronta con preguntas difíciles sobre la condición humana y las posibilidades de escapar de ella. ¿Estamos, como Yeong-hye, condenados a un forcejeo eterno con nuestra naturaleza? ¿Nuestra naturaleza se extiende realmente mucho más allá de nuestro límites humanos? ¿Somos también lo que no somos? ¿Es esa discordancia que yace en lo hondo el principio de una enfermedad mental? La vegetariana es una obra profundamente filosófica que nos invita a reflexionar sobre nuestra relación con el cuerpo, con el entorno y con las otras formas de vida que nos rodean, y lo hace de una manera intensa, inquietante con una prosa que nos atrapa, con una poesía que se alza entre las frases de trazo limpio.

martes, febrero 13, 2024

Inka Trail (Versión definitiva)


Inka Trail fue publicada por primera vez en 1998 por El Santo Oficio, en la ciudad de Lima. La nueva versión, ampliamente corregida, fue incluída en el tomo Obra reunida, publicado en Arequipa en 2012. Desde 2023 la novela está disponible en formato para Kindle en  la web de amazon.com
Haga clic aquí.

Me encantan las historias. Soy un lector asiduo. Mis primeras aventuras con la literatura ocurrieron a los 10 años, cuando empecé a escribir una novela titulada El capitán Tormenta. Mi intención era superar a Emilio Salgari, pero después de que las primeras ochenta páginas atrajeran la atención de un grupo de parientes, sufrí un repentino bloqueo de escritor que duró largos años. Durante mi extendida adolescencia, descubrí que si los galenos me hubieran atrapado, me habrían diagnosticado un llamativo caso de trastorno de atención. Eso evitaba que yo pudiera sostener la debida concentración para emprender proyectos de largo aliento. Por eso me dediqué a escribir poemas, porque las palabras surgían de pronto, casi como en el decimonoveno ataque de nervios. Nunca, sin embargo, abandoné la idea de escribir una novela. Y cuando durante la última década del siglo XX pronuncié en voz alta la famosa frase “ahora o nunca”, di el primer paso escribiendo una carta de renuncia a un trabajo en el que era casi imposible que me despidieran. Acto seguido, me largué a la ciudad del Cusco. Me gustaba ese sitio porque, por alguna razón, pensaba que allí recalaban todas las almas perdidas. Y fue así como escribí una historia desde el punto de vista del cantinero de uno de esos legendarios bares de la noche cusqueña. 

Sé que hay escritores que escriben una obra maestra en pocos meses y luego se dedican a disfrutar de su relevancia. Por desgracia, yo no soy uno de esos. Escribo laboriosamente y tengo una prodigiosa tendencia a cometer errores graves. Por eso estoy obligado a corregir y corregir y corregir. Cuando terminé Inka Trail la envié inmediatamente al editor, mi viejo amigo Guillermo Cebrián. Pero la novela no estaba como tendría que estar. Y años después, alejado ya del mundanal ruido en las praderas de Texas, volví a la mesa de trabajo. Creo que ahora está mejor.


miércoles, enero 03, 2024

El asunto más importante


Cómo plantear la pregunta correctamente

Es lo que define toda una vida 

Yo cometí un error 

Todos los días he repetido 

¿Quién soy yo? 

Una y otra vez

Con los ojos cerrados

Con los brazos extendidos en directa paralela al horizonte

Pero ahora yo pregunto 

You talkin' to me?

Ilustración: Pierre Rouillon

lunes, julio 18, 2022

Hacia el final del día


En la biblia se cuenta que luego del diluvio los sobrevivientes solo hablaban una lengua. Ante el temor de una nueva inundación decidieron edificar una torre cuya cúspide llegue hasta el cielo, empleando  ladrillos en lugar de piedras y betún en lugar de argamasa. Dijeron: «Hagámonos así famosos y no andemos dispersos sobre la faz de la Tierra». Pero Yahveh descendió y dijo: «He aquí que todos forman un solo pueblo y todos hablan una misma lengua, nada les impedirá que lleven a cabo todo lo que se propongan. Pues bien, confundamos su lenguaje de modo que no se entiendan los unos con los otros».
Así, Yahveh dividió el mundo en tribus que hablaban idiomas diferentes y que inmediatamente se consideraron potenciales enemigos. En ``Cuál es tu tormento” (2020), la última novela de Sigrid Nunez se sugiere que tal vez nos quedamos cortos al interpretar el mito de la Torre de Babel. No sería simplemente el origen de los idiomas que se incluyen en Google Translate. Tal vez Yahveh, con un mágico movimiento de su mano, hizo que todos y cada uno de los habitantes de la tierra viniesen al mundo destinados a hablar en un idioma diferente al resto de los mortales. Siempre. Eso explicaría porque las parejas de enamorados se ilusionan en un primer momento con el hecho de encontrar por fin a su alma gemela para, luego de siete años descubrir amargamente que todo fue un malentendido.
En realidad esta novela es una exploración sobre el gran tema de la etapa final de los seres humanos, sobre el desencuentro existencial con eso llamado vida.  A diferencia de muchos de sus compatriotas, esta habitante de Manhattan, no escribe gordas novelas llenas de verbosas páginas. Sus obras están escritas con frases cortas y puntuación precisa. Sus frases suelen deslizarse con elegante inteligencia. En el 2018 Sigrid Nunez ganó el National Book Award for Fiction, con El amigo, uno de los libros más recordables sobre la relación del ser humano con un animal.  Su manera de articular Cual es tu tormento, tiene una fluidez que hace casi invisible su técnica. Por momentos apela a sinopsis de películas o libros o a la simple descripción de conversaciones. Recordando a una amiga suya, que fue muy bella, se permite dar un paso en la solución de un gran enigma de la humanidad.  Como se sabe, para las mujeres hermosas el sol brilla de una manera mucho más favorable que para el resto de los seres humanos. Estas agraciadas criaturas viven un tiempo de esplendor que es casi como vivir en una realidad paralela. Las gentes que las rodean caen inexorablemente bajo el hechizo de su presencia y es imposible no desearlas. Sin embargo el tiempo tiene la mano ruda de un tallador, y avanza dejando huellas que deforman la perfección de toda línea. Ocurre entonces que desaparecen las sonrisas con las que se gratificara a estos seres en todo momento y, este generalizado y brutal cambio de actitud, provoca que las mujeres bellas se sientan desorientadas, como si efectivamente hubiesen sido secuestradas y trasladadas a otro universo. 
El argumento central de la novela de Sigrid Nunez se desarrolla en torno a una mujer con una enfermedad terminal que decide suicidarse y pide ayuda a la narradora. Quiere que la acompañe, que esté muy cerca, cuando ella paladee su último y letal medicamento. A propósito del asunto se pasa revista a los comentarios que toda persona se siente obligada a emitir al encontrarse con una persona moribunda. La mujer comenta: El único modo en que la gente parece capaz de lidiar con esta enfermedad es convertirla en una narrativa heroica. Y continúa: La gente debería ser capaz de entender que esta es mi manera de luchar. El cáncer no me liquidará si yo llego primero. 
Sigrid Nunez fue pareja del hijo de Susan Sontag y los tres vivieron juntos varios años que le sirvieron para escribir Siempre Susan (2011). Nacida en 1951, en New York, es hija de padre chino panameño y madre alemana. Cual es tu tormento ha sido editado por Anagrama, en traducción de Mercedes Cebrian.

El efecto misterioso de la violencia de Dios

  Con la llegada de Cristóbal Colón se restaron cincuenta y seis millones de individuos al planeta Tierra. Los abandonados campos de cultivo...