domingo, octubre 29, 2023

Vendrá en las nubes con los ángeles, y todos los ojos lo verán



Cuando Jesucristo vino por primera vez a este valle de lágrimas tomó la forma del hijo de un humilde carpintero. La segunda vez optó por presentarse como una app potenciada por un robusto motor de inteligencia artificial.

Ilustración: Dall-e 2

jueves, octubre 26, 2023

La luna y los criminales de la luna


Seguramente casi todos estarán de acuerdo que Martín Scorsese es el gran maestro del cine contemporáneo. A los 80 años este director ha estrenado The Killers of the flower moon, una película que según Metacritic ha alcanzado “universal aclamación”, mientras que Rotten Tomatoes le otorga una calificación del 92%. Por otro lado Manohla Dargis, del NYT, la califica de “desgarradora obra maestra” que revisa una particularmente infame página de la historia de los Estados Unidos. Con sus tres horas y media de duración la revista Premiere aseguró que si bien el film resultaba agotador, no era nunca aburrido. Y si bien es cierto que lo primero que mencionan los espectadores al salir del cine es la interpretación del poderoso laconismo de Lily Gladstone, cuyo rostro macizo alberga unos ojos de oceánica expresividad, quizá lo más sorprendente del film sea un asunto clásico que yace debajo de los grandes temas. ¿Se puede desear la muerte del ser que se ama? El personaje de Leonardo di Caprio, el protagonista principal, da muestras de un genuino sentimiento por su atractiva esposa india, lo que no le impide inyectarle cada mañana mortíferas toxinas con la intención de convertirse en heredero. En otro nivel, extrañamente coincidente, Robert de Niro, que interpreta a un villano con demoledora sobriedad, afirma que encuentra a los Osages “las personas más finas, ricas y hermosas de la tierra de Dios”, aunque eso no le dificulta orquestar una abyecta conspiración cuya meta es el robo y la aniquilación. Este asunto del retorcido sentimiento ha interesado en décadas pasadas a la novela negra y al psicoanálisis, que solían ponerlo en escena con una estética expresionista, saturada de claroscuros. Scorsese, en cambio, enfoca el tema desde la perspectiva panorámica propia de las grandes llanuras de la historia. Parece decirnos que los sentimientos siempre se subordinan a la codicia que, en última instancia, resulta ser el oscuro motor de las civilizaciones. Y siguiendo esa línea, es escalofriante sospechar, además, que hay un perverso erotismo en la dinámica de tantos crímenes institucionales que llenan la saga de los mamíferos más inteligentes del planeta.

sábado, octubre 21, 2023

Puede que seamos imbéciles pero no somos tontos


Las piedras gigantes permanecen bajo el gran templo del Cusco este precioso día

Mi reloj en este minuto es tan solo exacto

Pero ya nadie pronuncia los siete ángulos de cada palabra

El significado ha adulterado el significado

Acaso ya la piedra tan sobada está tan solo bajo el sol

Y la roca viva yace aturdida entre un de dónde y un a dónde

Y los peruanos deambulamos hoy con la boca repleta de gerundios

Y por ahí circulan interpretaciones desalmadas y sobre amplificadas

Hoy los salvajes innobles y las prostitutas sin corazón acechan no solo en la oscura noche

Hoy somos víctimas de la lenta acumulación de ordinarias pérdidas

Hoy padecemos un episodio de hilaridad siniestra

Y las asociaciones arbitrarias del vocabulario elevan insoportablemente la presión arterial 

Y la gente sueña con todo lo que podría haber vivido si todo hubiera sido diferente

Y puede que seamos imbéciles pero no somos tontos

Solo somos solo esos de los dedos torpes que pulsan las cuerdas de la perspectiva

Solo somos solo esos que alegan que hay una decidida falta de respaldo cósmico

Que ni yo te quiero que ni tú te quieres

Que es preciso tener caos dentro de sí para poder generar una estrella danzarina

Que el arquero ha caído derribado

Que son los otros siempre los culpables siempre son los otros 

Y que cada día nada y que cada día casi nada 

Y que ahora es ya solo el crónico dolor de alguna extinción

Y todo mientras se escucha la balada triunfal de los gimnastas del pesimismo

Mientras los latifundistas del comercio digital y la hipercomunicación nos lanzan contenido

El marxismo es el opio de los intelectuales

Hoy es la última oportunidad para aprender el Twist

Vivir es pasar de un espacio a otro tratando de evitar el agudo golpe en la espinilla

Y más allá los líricos aferrados al poder entonan en el foro

¡Vuela, vuela, ardiente bala!

Aunque hoy el club de las alegres amargadas tiene por lo menos una joven hechicera

Aunque hoy este su humilde servidor cumple hoy setenta años solamente hoy

¿Y entonces qué hacer en esta preciosa tarde tan pisquera?

Hay que imponer por ejemplo una forma a las ruinas a cada una de las ruinas 

De lo que decíamos de lo que cantábamos de lo que proclamamos

De lo que esperábamos aquel diciembre en la avenida La Salle

Hay que  soplar todas las velas de cada año 

Hay que soplar todas las malditas velas 


Foto: Stella Maris Barrionuevo

lunes, octubre 16, 2023

Átomos deliciosos (intento número 1000)

Al sujeto le apetece estofar carne sobre fuego 

Se le antoja rotar entre sus dedos 

La vieja idea de lo posible

Interpretar olores 

(Como una teoría del conocimiento)

El sujeto hace estallar enigmas 

En largas llamaradas

Se inquieta con el pánico 

Del punto de ebullición

Con el desasosiego 

De la mesa extendida 

El sujeto busca ese vaho  que fermenta 

Lo inexistente

Ese trazo sinuoso que se alza 

Hacia la bóveda de sillar

La levadura, el vapor, las arriñonadas bacterias 

Todo (todo) se agita como se agita 

La olla de la gran mazamorra

Su discurso es una masticada hilera de palabras

Una larga frase arrebozada o adobada o rostizada

(O dejada secar al viento)

El sujeto espolvorea un ingrediente

El desconcierto

Una pizca de oloroso desconcierto

Un clavo

Cierto polvo de furor

La cucharada plena de embriaguez 

Sobre el torso

En la cabeza

A todo lo largo de cada aceitosa extremidad

El sujeto otorga relevancia cultural 

A los 10 dedos 

Al olvidado arte de lamer

Al interés por el sorprendente ombligo

Al industrioso sistema digestivo

El sujeto esgrime el asombro 

De tener boca

La melancolía 

De los pies descalzos

La euforia 

De la flexión ventral 

La agonía del rotador

Y cada bocado se desborda en miga 

En agua 

En alegre relámpago

El asunto del sujeto es la teología 

Del paladar

La transustanciación

Incluso alguna meticulosa bestialidad

El sujeto anuncia así 

La capitulación de la escarola 

(Ante la emergencia del placer)

Modifica el concepto del pan

Perturba cada idea del yo del tú del ellos

Evalúa la oportunidad de la grasosa malaya

Del sancochado de pecho

Del fuego

De la humedad

Del polvo

Explora el sabor de la aguja magnética

De las líneas de latitud

Del círculo concéntrico

Los grandes logros de la civilización le sirven 

Para aderezar  

La receta de la ocopa de pajaritos

La del rocoto la del camarón la de la chicha

La de las torrejitas

El sujeto nos remite al instante

Al paréntesis

Al momento en que solo importa

Morder 


De El Motor de combustión interna (FCE 2018)


jueves, octubre 12, 2023

Poesía de los 80 en Arequipa


Está en circulación el número 3 de Nuveliel, Revista de Literatura y Humanidades dirigida por Edward Alvarez. El comité editorial está integrado por Cristian Pablo Huamaní Loayza; Vanessa Inés Gallegos Salazar; Olenka Olinda Soto Cárdenas; Carlos Garcel Vera. Tiene como colaboradores permanentes a Moisés Jiménez Carvajal y Mauro Quispe Navarro.

Mi agradecimiento por la generosa iniciativa.


domingo, octubre 08, 2023

El segundo momento más importante de mi vida


Iba en bicicleta por una calle del centro histórico. Había carros, señoras, vendedores de helados, abogados y profesores de música. Transitaban siguiendo su rutina, obligados por el destino a evitar todo lo particularmente trascendental. En ese momento giré la cabeza. Una fuerza superior me obligó a mirar distraídamente a la vereda de enfrente. Y la vi. Podría escribir: Ví a una muchacha de 13 años de delgadas piernas caminando con paso firme bajo el sol radiante. Prefiero escribir: Y la ví. Fue el segundo momento más importante de mi vida. Sentí lo que se siente cuando se está en un evento imborrable dentro de una larga vida. Sentí confusión, principalmente confusión. Y asombro. Y fascinación. Y sin saber como me deslicé a una zona de la realidad radicalmente diferente a la que había conocido en vertiginosos 14 años. Y los siguientes días estuve enfermo. No quería comer. Olvidé por completo el idioma castellano. Nada tenía sentido salvo la imagen de esa chica que únicamente había visto de perfil.  Días después, milagrosamente, encontré su foto tamaño carné en una casaca enigmáticamente olvidada en la sala de mi casa. Averigüé su nombre, investigué su vida; supe que era huérfana y millonaria, pero jamás pude dirigirle la más simple de las palabras. Cincuenta años después volví a verla. Yo estaba vagando ociosamente por las redes sociales cuando encontré la foto de un grupo de la promoción 72 del Sophianum. Leí sus nombres. La segunda a la izquierda era ella, mi primer amor, mi gran amor. Haciendo uso de los poderosos filtros de la imaginación pude identificarla. Tenía el cabello teñido y sus arrugas parecían no estar exactamente en el lugar que les correspondía. ¿Qué puedo decir? El problema del mundo real son las personas reales.

Ilustración: Joan Miró. 1942.


martes, octubre 03, 2023

El hedonismo de los condenados


Uno de los entrevistados en el excelente libro El fin del homosovieticus, de Svetlana Aleksievich, cuenta que durante sus años de cautiverio bajo Stalin todos vivían en crónico estado de hambre. Solamente en milagrosas ocasiones podían disfrutar de algo contundente. Cuando este personaje logró por fin ser liberado y, para su asombro, recibió una suma de dinero a manera de compensación por la injusticia, se dejó llevar por un impulso y visitó el mejor restaurante de Moscú. Luego de platos previsiblemente exquisitos acompañados por vinos de gran complejidad salió a la calle y lentamente se encaminó hacia su casa. Una tristeza honda lo obligaba a curvar los hombros. Nada. Jamás nunca nada podría hacerlo más feliz que aquel rancio trozo de jabalí que aquella lejana noche comió furtivamente en una cueva de Siberia. Todos los placeres del mundo serían siempre insuficientes. 

La herida más hermosa del mundo

El gesto de sorpresa ante el fenómeno de la existencia tiene muchas formas ¿Entre tantas opciones por qué un genio de provincias eligió la i...