martes, diciembre 26, 2017

Mujer entre tinieblas

La mujer abrazó su pierna y posó su rostro sobre la preciosa rodilla. Quería echarse a llorar. Con lágrimas lentas. De cristal. Quería echarse a llorar con la boca abierta y la cara manchada. Deseaba lanzarse boca abajo y patear y gritar. O ponerse tiesa como un eucalipto recientemente derribado.
Ilustración; Sam Taylor Wood.

Libre como un barco perdido en el mar

Durante la segunda mitad del siglo XX, Per Tangvald navegó los océanos como si fueran extensiones naturales de su alma. Los conocía con la f...