lunes, diciembre 04, 2017

Endemoniadamente bella

Ella era una mujer que provocaba desesperadas plegarias. Yo, desolado, murmuré: Cuando te conocí pensé que eras un ángel, pero ahora te conozco más. Los hermosos ojos de ella echaban fuego cuando chilló: ¡Sí soy un ángel!
Ilustración: Terry Richardson

Los terribles otros

  Todos creemos que nadie nos conoce mejor que nosotros mismos. En algunos aspectos, tal vez, pero en lo físico nadie nos conoce peor que no...