martes, octubre 09, 2012

Premio Guggenheim



Con los miles de dólares del premio Guggenheim Federico Peralta Ramos estaba obligado a realizar una obra artística. De preferencia una obra maestra. Se comunicó con un sastre y encargó trajes para 25 de sus conocidos (entres amigos y enemigos). La comida fue en el hotel Alvear, un lugar sublimemente dispendioso. La factura fue luego enmarcada para su eventual exhibición (y adquisición).

El efecto misterioso de la violencia de Dios

  Con la llegada de Cristóbal Colón se restaron cincuenta y seis millones de individuos al planeta Tierra. Los abandonados campos de cultivo...