Premio
Guggenheim
Con los miles de dólares del premio Guggenheim Federico Peralta Ramos
estaba obligado a realizar una obra artística. De preferencia una obra maestra.
Se comunicó con un sastre y encargó trajes para 25 de sus conocidos (entres
amigos y enemigos). La comida fue en el hotel Alvear, un lugar sublimemente
dispendioso. La factura fue luego enmarcada para su eventual exhibición (y
adquisición).