miércoles, septiembre 05, 2012



Una persona puede cometer los crímenes más viles sin otro motivo que una empeñosa subordinación burocrática. Eso constituía para Anna Arendt "la banalidad del mal".

La herida más hermosa del mundo

El gesto de sorpresa ante el fenómeno de la existencia tiene muchas formas ¿Entre tantas opciones por qué un genio de provincias eligió la i...