Hay la idea que seremos superados por versiones mejoradas de tipos como tú
Alienígenas cefalópodos o el cubo de inteligencia artificial con luces parpadeantes
Pero escúchame bien tú y yo somos blandos frágiles vulnerables dependientes
Estamos a merced del cono galáctico del estornudo
Estamos a merced de la vida
De las cosas más tontas del dedo índice que toca al dedo índice
De los más rojos labios húmedos
Estamos a merced del fuerte deseo de mutación de la materia sensible
Del vértigo de la muerte del magnetismo de la inexplicable urgencia
Cantamos himnos a la experiencia del cuerpo perecedero
Cada cosa que hacemos está dibujada por una alevosía
Cada cosa que decimos es una astilla del aparatoso argumento
Tenemos un corazón sediento del rocío ese de todo amanecer
Vivimos bajo el tiránico imperativo de ser de estar de seguir
Ese nudo de absurdo como elemento primordial de la presencia
Crecemos desafiando siempre toda simetría
Crecemos hasta que se asoman unos seres situados entre lo vivo y lo no-vivo
Seres que se comportan como cajas inútiles con algo de material genético
Seres que no se reproducen ni se alimentan por sí mismos
Seres que no poseen una identidad concreta que los obligue a ansiar la dicha
Seres que son entidades químicas o feroces transeúntes
Seres que permanecen encima del acero inoxidable del plástico endurecido de la madera
Seres que esperan sin hacer absolutamente nada no miran no escuchan no aman no maldicen
Hasta que en alguna parte del mercado prende el siempre contacto accidental
Fosas nasales boca faringe laringe tráquea pulmones
Bronquios alvéolos bronquiolos
Y esos seres abren células ajenas y las colonizan al servicio de ningún propósito biológico
Y ejercitan el arte de la progresión geométrica
Y salen nadando en el aliento en la humedad en el agua en la vida
Cada recuerdo que tenemos nos recuerda la finitud nuestra finitud esa finitud
Cada movimiento se interpreta como la fatalidad de un sentimiento
El deseo que tiene un cuerpo de dejar su lugar a otros cuerpos
La oscura envidia del ser vivo a la piedra imperturbable
El ansia de volver a ser polvo de estrellas en medio de ninguna parte
Y se abren así las puertas las ventanas hacia todo horizonte
Hacia lo desconocido lo de aquí lo de allá lo de más allá de ti de mí de tú