martes, diciembre 01, 2020
jueves, noviembre 19, 2020
Vivir significa estar plagado de parásitos
Por: James Somers. The New Yorker. 2 de Noviembre 2020
Una vida de inagotable emergencia era la rutina de nuestros antepasados hace unos cuatro mil millones de años. En un mundo desolado, árido, cada ameba unicelular era una concentración desbordante de recursos. Pero vivir significaba estar plagado de parásitos. El gigante Mimivirus solía disfrazarse de comida y cuatro horas después de ser devorado revelaba su verdadera identidad interviniendo a la ameba. La convertía en una fábrica de virus. Pero el Mimivirus tenía sus propios parásitos. Una vez dentro, actuaban sobre la fábrica del Mimivirus. Este truco fue tan exitoso que, finalmente, las amebas integraron los genes de los parásitos en sus propios genomas, creando una de las primeras armas del sistema inmunológico.
Leones que devoran antílopes es la imagen que se nos viene a la mente cuando pensamos en la "supervivencia del más apto". Pero la enfermedad, la depredación de los parásitos sobre sus anfitriones, es en realidad la fuerza más poderosa de la evolución. “Cada fase de la vida ha sido seleccionada para tratar de evitar el parasitismo”, me dijo Stephen Hedrick, inmunólogo de la Universidad de California en San Diego. “El parasitismo ha impulsado la evolución con feroz intensidad porque es un interminable asunto de vida o muerte. Y es una coevolución". Siempre que un anfitrión desarrolla una defensa inmune, recompensa perversamente la supervivencia de los parásitos que logran sobrevivir. Los anfitriones, mientras tanto, tienden a estar en desventaja evolutiva. "Las poblaciones bacterianas o virales son inconmensurables", escriben Robert Jack y Louis Du Pasquier en "Conceptos evolutivos en inmunología", y la enorme variación que las caracteriza le da a la selección natural muchos organismos candidatos sobre los que trabajar. Los virus y las bacterias también se reproducen medio millón de veces más rápido que nosotros. Dada esta "brecha generacional", escriben Jack y Du Pasquier, "uno podría preguntarse cómo demonios hemos podido sobrevivir".
Una pista proviene de la ameba Dictyostelium discoideum. Pasa gran parte de su vida merodeando solitaria, comiendo aquí y allá. Pero, cuando la comida escasea, libera moléculas que sirven como señal de agrupamiento para otras de su tipo. Las amebas se fusionan, formando un superorganismo de hasta cien mil miembros. Para que este recurso sea efectivo, casi todas las amebas deben renunciar a su capacidad de comer para que no se aprovechen unas de otras. Las pocas que lo retienen no comen por sí mismas; más bien, tragan los desechos y los eliminan para proteger al organismo. Las otras amebas, liberadas de las cargas del ataque y la defensa, forman un "cuerpo fructífero" que libera esporas para la reproducción. Aunque ninguno de los individuos sobreviviría por su cuenta, el colectivo prospera.
Ilustración: Guillermo Kuitca.
miércoles, noviembre 18, 2020
Mensaje para el naturalista Charles Robert Darwin
¿Por qué ese organismo unicelular se quedó como organismo unicelular? ¿Que los hizo detenerse en el punto de partida? Los monos trabajaron duro durante algunos miles de millones de años y ya son monos. Y nosotros hemos avanzado tanto que hasta añoramos ya los viejos buenos tiempos justo antes del primer organismo unicelular.
Ilustración: Timofeev
jueves, noviembre 05, 2020
El terno de Lenin
Por: David Remnick. (La Tumba de Lenin).
martes, octubre 20, 2020
La creencia de que los poetas usan la palabra poesía porque no se les ocurre otra mejor tal vez sea cierta
Cuentan que en una entrevista Blanca Varela expresó cierto fastidio con la poesía. No ha sido la única. Muchos poetas han exhibido su pérdida de fé con ademanes vigorosos. Y es que esa urdimbre de metáforas, de astutos adjetivos, de palabras que se encienden bajo condiciones controladas, de giros retóricos que ambicionan algún efecto perturbador no es otra cosa que un truco, un ejercicio esencialmente artificial. Algunos hacen aparecer un conejo, otros logran partir en dos a una mujer hermosa sin derramar una gota de sangre. Pero al fin y al cabo, si no se está de humor para someterse a las leyes de la licencia poética, todo resulta un asunto francamente estúpido, y hasta es fácil comprobar que detrás de bambalinas hay un jorobado o un enano moviendo los cables ocultos. Por otro lado, los que dedican tiempo de calidad a leer poesía no son los suficientes como para tener impacto entre los estadísticos. Así que tal vez algún honesto congresista podría lanzar un proyecto de ley. Que dejen de obligar a los pobres niños a memorizar los Heraldos Negros. Que se corra la voz que es ridículo el tipo que le dedica un poema a su amada. Que se llene con obras en prosa los anaqueles anteriormente consagrados a la poesía. Que se lance un anatema contra los juegos florales. Todas esas medidas son perfectamente razonables. Pero, escuchen bien, es imprescindible dejar constancia que la poesía no es más estúpida que la vida. Ni por asomo.
Infinito amor
Sajarov le dijo a su mujer:
¿Sabes lo que amo por encima de todo?
¿Qué?
Las emanaciones lejanas de radio.
viernes, septiembre 18, 2020
Sabe Dios
jueves, septiembre 10, 2020
La piedra, el gorrión y el espejo
lunes, agosto 24, 2020
La piedra la rosa y el zapato de Martín Adán
Nada inquieta más a la gente que la gente rara. Nada incomoda más que una piedra desigual entre las iguales. De los grandes poetas peruanos sin duda Martín Adán fue el más radical en su apuesta de vida. Su desmesurado interés por el pisco con vermut, su traje de casimir inglés perfectamente mugriento y su 40 años voluntariamente domiciliado en un manicomio se sumaron al cultísimo delirio sagrado de su poesía. Su leyenda prendió temprano porque su obra más exitosa la escribió a los 16 años, cuando aún gozaba de los privilegios de su extracción social. Pocas cosas resultan más irresistibles para cierto público que un príncipe que opta por el destino de un desastrado vagabundo.
Si bien Martín Adán se mantiene firme en la primera fila de la poesía peruana, su obra no es particularmente popular. Los lectores adoran los versos citables y, hay que decirlo, este poeta se dejó tentar muy pocas veces por el verso de confortable belleza. José Luis Bustamante y Rivero, expresidente y viejo amigo, explicaba a los aturdidos: La poesía de Martín Adán no es para leerla sino para rezarla.
Con frecuencia se menciona a Martín Adán como un ejemplo de entrega absoluta. Se admira que a pesar de su inteligencia y sus títulos universitarios se haya negado a ubicarse en una posición solvente. Esta perspectiva es reveladoramente insustancial. El mérito por el que se mide a un poeta son sus logros, la calidad de sus obras, no el empeño o el colorido anecdotario. Leyendo la obra de Martín Adán es fácil advertir que fue un poeta dotado de un talento arrollador que hubiese sobrevivido incluso a la rutina del Banco Agrario.
Cuando un gran autor se convierte en personaje se produce una distorsión en la lectura de la obra. A los poetas malditos, engendros del romanticismo, se le exige ser personajes trágicos, se les reclama que diariamente ofrezcan el holocausto de su propia vida, que escandalicen con sus ocurrencias y que, en calidad de interpósita persona, desafíen a todo lo doméstico. Se supone que esta inmolación es necesaria para que el genio haga acto de presencia. Pero esa es solo una comprensible equivocación sobre algo levemente más complicado.
De las cosas que definen la poesía hay dos situaciones bastante elementales pero terriblemente poderosas. En primer lugar está el interlocutor válido. Cuando Martín Adán se expresa no se dirige a una persona común y corriente, no a un crítico o intelectual calificado, ni siquiera a alguien tan especial como él. El auditorio de este poeta puede perfectamente calzar en cualquier cosa: digamos una rosa o una piedra, o tal vez mejor, una emblemática ruina arqueológica. Incluso cuando la agraciada argentina Cecilia Paschero lo obliga a responder a una pregunta él se dirige a ella como a un ente genérico: “literata”, le dice. Todo escritor hace un ejercicio de abstracción al componer a su interlocutor válido, pero pocos han llegado tan lejos como Martín Adán. Ese método, impersonal, atmosférico, metafísico, esa manera de hablar con los ojos cerrados crea un efecto sobrecogedor. Hace que el sentido de su obra no sea lo que dice sino lo que resuena. Como todo gran poeta Martín Adán dice sin decir, llena de sentido la frontera exterior de cada verso. Martín Adán formula una gran pregunta que, en su núcleo, activa una contradicción: ¿Qué sabes tú de lo que no sabes? La segunda cosa que suele definir el tipo de material que se llama poesía es el lugar donde se ubica el emisor, la plataforma que se usa, la coordenada exacta del escenario. Lo que se dice lanzando frases con los brazos abiertos frente a un amplio auditorio es muy diferente a lo que se murmura con la boca torcida sobre una mesa mojada, o a lo que se grita en una habitación completamente oscura. Si atendemos a su biografía, Martín Adán tomó una decisión interesante (o no pudo evitar lanzarse hacia esa dirección): abandonó el perfecto casillero de la gran promesa de la literatura peruana para desplazarse hacia un rincón donde la respetabilidad podría ser torturada por un juego de luces y de sombras. ¿Qué buscaba? El situarse en la posición de un marginal para desarrollar una obra altamente sofisticada implicaba tácitamente otra contradicción. Tal vez para trascender las limitaciones de lo específico tenía que proyectar su vida, lo único que tenía, hacia una zona de bordes borroneados. Solo así su mensaje se aproximaría a la tonalidad que estaba buscando. Proyectada de esta manera y desde ese lugar sus palabras perfectamente buriladas se astillarían contra los muros de algún templo profano. Y entonces el lector -ese ser que a veces existe- podría de pronto vislumbrar con embriagante intensidad el perfil estremecedor de Algo, y experimentaría así, ese extraño sentimiento que surge cuando uno contempla asombrado lo que yace detrás de eso que creemos saber una y otra vez.
lunes, agosto 17, 2020
Monumento al poeta desconocido
En
miles de años la especie humana ha consagrado de manera indeleble a
10 vates
Tal vez 12
Para producir esos bardos la máquina de la poesía ha tragado toneladas y toneladas de poetas de bardos de puntillosos contadores de sílabas
Las trincheras de la poesía están repletas de huesos descoloridos
Los proclamados por sus parroquias los aclamados por sus ciudades los coronados por sus países
Los pocos miles que recibieron diplomas han desaparecido inexplicablemente
Solo tuvieron unas pocas décadas para disfrutar de la euforia
Y solo se necesitaron unas pocas décadas para que el poeta laureado se desplace hacia el fondo hacia la zona de sombra
Y ahora todos casi todos son alimento para extraños académicos para bruscos eruditos para nadie para los ratones para el pescadito de plata para el polvo
¿Pero por qué hay tanto poeta?
Tal vez son imprescindibles un millón de versos malogrados para que germine una simple rosa ecuménica de poesía
Tal vez la representación de un destino fallido la angustia de ser uno de los condenados es la más alta expresión poética de lo humano
Tal vez lo que importa no son esos 10 o 12 poetas sino el momento en que un perfecto desconocido termina un verso y por un efímero instante sospecha que tal vez él ha llegado que tal vez él ha alcanzado que tal vez él se ha convertido
Tal vez el misterio de la poesía está simplemente en la caligrafía en las emociones fuertes en la peculiar postura a la hora de escribir y esos 10 o 12 poetas son sólo un extraño accidente uno de esos inverosímiles eventos una de esas historias que todos estamos obligados a creer
miércoles, junio 17, 2020
Exposición de arte
1
Los muros están atestados de palabras
De curadores de críticos de culturosos de líderes de opinión
De bastidores de caballetes de textos grabados sobre lienzo extendido
De luminarias con ópticas asimétricas
Del soporte que da estructura
Los textos enmarcados aseguran que toda mutación perturbadora obliga a cambiar de terreno brutalmente
Socialmente psíquicamente poéticamente geopolíticamente
Que detrás de cada obra hay un recorrido de referencias y memoria
Que el trabajo gira en torno a las interrogantes y las contradicciones que surgen al habitar la utopía del arte moderno
Que cada pincelada detona una potente resonancia para convocar perplejidad
La turbación el aturdimiento la desorientación el discernimiento el entendimiento la revelación
Que la lectura de cada pieza resulta fascinante por las reflexiones coincidencias secretos relaciones
Que la secuencia de imágenes adquiere cualidades plásticas y rítmicas acordes con una melodía
Que la obra tiene suficiente disonancia demasiada sincronía alguna concordancia
Que el detalle es complejo que el detalle está cargado de un sinnúmero de relaciones visibles que el detalle está cargado de una multitud de asociaciones invisibles
2
Los textos enmarcados aseguran
Que el artista nació muerto
Que abrió los ojos cuando alguien sopló contra su nariz
Que la amarga ironía marcaba ese rostro
Que su vida fue complicada como la de cualquiera agobiado por las drogas el alcohol las mujeres desquiciadas
Los textos enmarcados aseguran que sus obras habrían provocado trascendentales experiencias
Que seres extraviados habrían estructurado una sonrisa
Que villanos de corazón de oro habrían enrojecido con una copa entre los dedos
Los textos enmarcados aseguran que el artista estaría inmerso en la zona o en la zona y en la zona
Que al entrar a una habitación estaría insoportablemente visible siempre visible
Que en su espíritu habría un filo despiadado
Que la espuma que el ruido que la luz que el vértigo
Los textos enmarcados aseguran que en alguna parte del local de la calle de la ciudad del país del planeta colgaría un lienzo yacería un gran trozo escultórico quizá un espacio intervenido o un happening capital y desquiciante
Toda una gran obra protegida por guardias bien armados
Toda una gran obra más hermosa que el ya obsoleto patrón oro
Toda una gran obra quizá hasta envuelta en papel Kraft de grueso calibre
Toda una gran obra perfectamente atada con cuerda de fibra natural de alta calidad
lunes, junio 01, 2020
Retrato del más trágico escritor mexicano trazado en 1958 por Elías Nandino
Jorge Cuesta se aplicaba dosis de enzimas ácido tartárico y hasta ergotina
Su frente amplia y su mentón adelantado no tenían deuda alguna
Su cárcel molecular había sido abolida
La magia la inteligencia y el microscopio se daban cita en Jorge Cuesta
Irradiaba como el radium Jorge Cuesta irradiaba como el radium
Este escritor se hacía presente porque irradiaba como el radium
Era además Jorge Cuesta el ventrílocuo de sí mismo
Cuando hablaba no se sabía de dónde venía su voz
Caminaba con la medida matemática de un compás
Caminaba sin doblar las rodillas
Caminaba acarreando células que no encajaban con otras células
Jorge Cuesta había sido hecho con alguna tristeza petrificada
Y justo al atardecer el peso de su cráneo pesaba más de lo que pesaba su cráneo
martes, mayo 05, 2020
¿Y qué novedades?
Por aquí yo igual en cuarentena como hace años solo que ya no puedo ir por el pato para el arroz con pato y cada dos o tres minutos pasa alguna carcancha y alguien con su megáfono grita papa canchan papa huayro y naranjas y papayas
Estoy revisitando los 92 episodios de Mad Men en Netflix la vi en Texas en un canal de baja definición y yo usaba el cc pero quedé altamente impresionado y ahora que repaso sus capítulos admiro la sutileza pocas veces las convenciones la charla rutinaria y el lenguaje corporal se han utilizado tan efectivamente para mostrar los caudalosos ríos subterráneos
Lo extraordinario de pronto estalla en el melodioso pentagrama de lo ordinario
Ayer pasé la escoba sobre una gruesa capa de polvo y encontré mucha lana gris algo parecido a lana gris
Que extrañas que son las ovejas que pueblan la oscuridad
Antes una joven mujer solía venir cada 15 días a luchar contra la barbarie pero ella ahora debe estar en su casa siendo uno de los millones de millones
Aferrada a la ventana
Hoy me toca almorzar atún mi refrigerador ya no atesora nada un limón sin brillo y con manchas un bocado de queso un pote de lentejas una tajada de queque de naranja y agua dos botellas de agua previamente hervida pienso que mañana deberé meterme en el traje de expedicionario hay una carnicería a kilómetro y medio y nada me gustaría más que colocar un baby beef sobre la sartén de hierro forjado
Dicen que viviremos en peligro todo este año siempre he sido algo maniático y seguro que con lo del distanciamiento me volveré un caso clínico
Ahora es parte de la normalidad transformarse en un anormal eso me tranquiliza
He notado cierta violencia en mi jardín los que aseguran que el reino vegetal tiene lecciones para nosotros los malditos animales están muy equivocados el pasto ha mostrado ferocidad y ha desarrollado largas extremidades para estrangular a un jóven naranjo en general el pasto trata de apoderarse de todo de todo de todo los viejos rosales de mi madre parecen algo inquietos pero quizá yo deba declararme cómplice quizá yo prefiera un jardín solo de pasto lo que pasa es que no hace mucho compré a muy buen precio una cortadora eléctrica de césped
Por la noche mido la presión arterial y trago un manojo de pastillas
Me ducho me cepillo los dientes y pienso que tal vez he olvidado apagar una luz en alguna parte
¿Dónde será?
Un abrazo fuerte
miércoles, abril 01, 2020
¿Alguien puede decir cuál es el peor día de la semana?
jueves, febrero 13, 2020
La maldición del gran amor
miércoles, febrero 12, 2020
Elogio del alienado
Siempre se dijo que no había nada más patético que un alienado. Alguien que niega lo que es y pretende ser lo que no es. Pero tal vez su ridícula posición esconde un pozo de lucidez. El alienado se niega a quedar atrapado en su coyuntura inmediata y reconoce su verdadera identidad en el espacio que está más allá. Sospecha que (en cierto modo) él es incluso lo que no es. Lo potencial es un territorio que el alienado explora con todos los instrumentos que ofrece el delirio. Todas las identidades son mi identidad. Todos los idiomas son mi idioma. Todas las comarcas son completamente mías. Y cuando el alienado está en el filo mismo del ardor descubre que los otros son solamente una caprichosa modalidad de él mismo.
Ilustración: Max Beckmann, Half act clown
miércoles, febrero 05, 2020
Porqué serás tan así
en nuestra caja de herramientas"
El efecto misterioso de la violencia de Dios
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La mujer abrazó su pierna y posó su rostro sobre la preciosa rodilla. Quería echarse a llorar. Con lágrimas lentas. De cristal. Quería ec...