Tres son las
tentaciones en las que no cae Oscar Catacora haciendo posible que su película
sea un verdadero logro cinematográfico. En primer lugar ésta simple historia de
amor y desamparo podría fácilmente haber sido mancillada por el melodrama en
busca de la emoción fácil. Pero no, el fuerte juego de sentimientos es manejado
con trazo limpio. En segundo lugar el paisaje, de cruel esplendor, sin duda es
un protagonista principal, pero el director mantiene el control, y solo abre la
cámara para alcanzar la precisa dosis de belleza. En tercer lugar el tema. Ciertamente hay espacio
para una lectura sociológica y antropológica y hasta ideológica, pero esa mirada
dejaría de lado lo más importante. Esta cinta tiene potencial universal porque el
director la ha compuesto con una intensidad que nos remite a cosas como el
destino, la fatalidad, y el sordo desamparo que es el escenario del discurrir
de la vida. Con un lirismo estoico, Oscar Catacora ha realizado con enorme sensibilidad
y pulso firme una tragedia que apunta
hacia lo más hondo.
sábado, abril 28, 2018
martes, abril 17, 2018
Un martes 11
Era un joven ejecutivo de gestión de capitales. Estaban en su luminosa oficina del piso 77. Leía
con voz clara y vibrante poemas de William Carlos Williams. Leía recostado en
un cómodo sofá con el pantalón en las rodillas. La mujer era hermosa y la
cabellera ensortijada brillaba en su negro azabache mientras le lamía los
testículos. Cuando el ejecutivo se dejó llevar por un énfasis retórico, ella
llenó golosamente su boca untada de rouge. Ya casi habían acabado de disfrutar
los delicados poemas de William Carlos Williams cuando el hombre alzó la vista
por encima del borde del libro y vio el enorme Boeing 767 que seguía una ruta
de colisión hacia su amplio ventanal. Soltó una exclamación (y ella tragó todo
lo que pudo).
Ilustración: Mark Chadwick
sábado, abril 14, 2018
El Motor de Combustión Interna
El
cromado megáfono de mi destino
Tempranamente
me di cuenta que esta tierra no es mi tierra
Que estas
palabras no dicen exactamente lo que sale de mi boca
Por eso alcé
los ojos hacia la bóveda celeste
Y lancé mi
alma de un modo imperativo
Pero mi alma
no llegaba a su destino
Mi alma no
alcanzaba la coordenada precisa
Ese punto
etéreo que me permitiría vivir por encima de mí
Que es el
sitio exacto para mí
No sé cómo
decir esto
Debo
confesar que en ocasiones he realizado viajes siderales
Esa es la
razón por la cual tengo problemas en mis interacciones sociales
He pasado
demasiado tiempo metido en una cápsula espacial
Iba sentado
en un mullido sillón giratorio mirando a derecha e izquierda
La materia
ígnea
Los planetas
que guiñan
La
superficie calcárea
Que cruje y
revela un núcleo enceguecedor que transmite una señal
Y por ahí un
simple algoritmo suficiente para entenderlo todo
Suficiente para
lanzar un punto de luz
Cuando todo
se transforma (otra vez) ¿en qué?
Y así ser y
volver a ser (cada día) este extraño personaje
Trastornado
por la radioactividad
Con esta mente
irritante
Que no sabe cómo
digitar la contraseña del reino de este mundo
Con estos
ojos que no pueden cerrarse
Where is Mae West when we need her?
Where is her?
EL MOTOR DE COMBUSTIÓN INTERNA. Oswaldo Chanove. Fondo de Cultura Económica. Lima 2018.
Ilustración de carátula: The Guardian, por Robert y Shana ParkeHarrison.
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