Uno de los grandes
enigmas es por qué dormimos. Resulta mejor estar alerta (considerando el trotar
de los depredadores). Y, desde el otro punto de vista, no tiene sentido perder
el tiempo revolcándose con la almohada cuando uno podría estar acechando por
ahí. Pero todos duermen. Incluso los insectos que están revoloteando sobre la
faz de la tierra hace ya más de cuatrocientos millones de años. En los ochenta, Allan Rechtschaffen y Bergmann Bernard, ambos investigadores del sueño
de la Universidad de Chicago, realizaron lo que hoy se considera uno de los
experimentos clásicos en el campo. Demostraron que las ratas, cuando están
totalmente privadas de sueño, caen muertas después de dos o tres semanas. Pero
Rechtschaffen y Bergmann nunca pudieron averiguar la causa (exacta) del
misterioso deceso. Rechtschaffen escribió: "si el sueño no desempeña una función con sentido,
es un error garrafal de la evolución." Uno más.
Ilustración:
Ilya Zomb.