En las entrevistas uno siempre termina diciendo cosas que nunca dijo. Supongo que se debe a que
las entrevistas también pertenecen a la ficción. El entrevistado tiene en mente
una imagen de sí mismo que quiere hacer pasar por la verdadera imagen de sí mismo.
El entrevistador tiene una imagen del entrevistado que debe obligatoriamente
tener algunos atributos de valor periodístico. En esa confrontación surge una
deformación inevitable. Pero quien sabe, en realidad tal vez somos esa horrible
distorsión.
Ilustración: Guy Denning