viernes, diciembre 14, 2012



En las entrevistas uno siempre termina diciendo cosas que nunca dijo. Supongo que se debe a que las entrevistas también pertenecen a la ficción. El entrevistado tiene en mente una imagen de sí mismo que quiere hacer pasar por la verdadera imagen de sí mismo. El entrevistador tiene una imagen del entrevistado que debe obligatoriamente tener algunos atributos de valor periodístico. En esa confrontación surge una deformación inevitable. Pero quien sabe, en realidad tal vez somos esa horrible distorsión.
Ilustración: Guy Denning

El efecto misterioso de la violencia de Dios

  Con la llegada de Cristóbal Colón se restaron cincuenta y seis millones de individuos al planeta Tierra. Los abandonados campos de cultivo...