Cosas de la vida
Algunos aseguran que la angustiosa pulsión por
ponerse por encima de los demás se origina en la cabezona insistencia del
espermatozoide triunfador. Pero recientes estudios parecen demostrar que si bien
la carrera por alcanzar el óvulo es la primera de una vida signada por la
competencia, en realidad es la última en la que se juega limpio. Porque no bien
el infante empieza a formular sus primeras palabras ya empieza el aprendizaje
de taimados recursos. En esa medida la famosa ley de la selección natural
funciona a nivel social como un filtro donde los más astutos logran ubicarse en
las posiciones más expectantes. Es por eso que el sector de los afanosos
dirigentes suele estar integrado por depredadores, con una gran habilitad para
deshacerse de enemigos y para falsificar una identidad de signo positivo. Salvo
honrosas e inexplicables excepciones.
Ilustración: collage de Jens Ullrich.