
Un hombre va al doctor. Dice que está deprimido. Dice que la vida le parece áspera y cruel. Dice que se siente solo en un mundo amenazante donde todo lo que uno puede esperar es vago e incierto. El doctor medita y señala: “El tratamiento es simple. Ha llegado a la ciudad Pagliacci, el gran payaso. Vaya a verlo. Eso le levantará el ánimo.” El hombre baja la cabeza.
“Doctor, yo soy Pagliacci.” (en Watchmen, de Alan Moore)