lunes, agosto 17, 2009

Mad men



UNO. Por estos días se conmemoran 40 años de los crímenes de Charles Manson. Según registra el libro del fiscal Vincent Bugliosi, este sujeto, de mínima estatura y de ego ciclópeo, tenía varias técnicas para magnetizar a sus discípulos. Su favorita consistía en reunir a decenas en una gran habitación y conducir, con la entrega de un director de orquesta, una descomunal orgía. Su objetivo era un orgasmo simultáneo. El siguiente paso, y quizá para regocijarse con lo absoluto de su poder, consistió en ordenar el ataque en el que murió Sharon Tate. Por asociación, esas escenas de sangre mancharon irremediablemente la utopía de los hippies.
DOS. Raúl Cano, un científico del Politécnico de la Universidad de California, ha realizado el sueño de Jurassic Park despertando a un ser de 45 millones de años edad que dormía en una gota de ámbar. La mala noticia es que el bicho es casi invisible. La buena es que siendo una antigua forma de levadura se ha podido usar para preparar una cerveza (Fossil Fuels Brewing Co.) que los entendidos aprueban acaloradamente. Habrá que ver cómo son sus diablos azules.
TRES. Una de las super stars en este mundo con sobrepoblación de celebridades es Nora, la gata que toca el piano. Su video en YouTube ya ha sobrepasado las veinte millones de visitas. El éxito le ha permitido ganar algo de efectivo con DVDs de sus conciertos, y en Amazon se ofertan un par de libros alusivos. Se puede además bajar de su página web una versión en PDF con reveladora autobiografía. Pero a la fecha su logro más significativo es que una de sus composiciones ha sido interpretada en Lituania, por una orquesta sinfónica (ver Catcerto).
CUATRO. Alec Guinness contaba melancólicamente que cuando era desconocido estaba tan ocupado tratando de volverse conocido que no se dio cuenta de las ventajas de vivir lejos de la obsesionante mirada de los otros. Imre Kértesz afirmaba que si uno busca el éxito, sólo tiene dos caminos, lo consigue o no lo consigue, y ambos resultan igualmente ignominiosos.
CINCO. ¿Qué clase de gente siempre está pidiendo algo nuevo cuando lo único que quiere es lo mismo? Los niños. La televisión, cuyo desafío era reiterar incansablemente dos o tres fórmulas parecía querer eternizar ese tipo de telespectador con escasa capacidad de concentración. El problema es que cuando un adulto se comporta como niño califica como estúpido. Pero gracias a ciertos canales de cable las cosas no sólo están cambiando, sino que probablemente estemos ya en una edad de oro de la televisión.
SEIS. Mad Men, la serie ambientada en el ambiente de los creadores publicitarios, en los años sesenta, y cuya tercera temporada ya se anuncia, tiene material para ser considerada una autentica obra maestra. Siguiendo la ruta admirable de Los Sopranos y The Wire, esta producción televisiva enfoca temas adultos sin insultar la inteligencia de los espectadores. Las motivaciones de los personajes responden con frecuencia a un enigma existencial, que los espectadores podemos intuir sin poder jamás refugiarnos en una consoladora certeza. Si uno se fija exclusivamente en el argumento, en lo más superficial, por momentos pareciera que no pasa nada, pero por debajo fluye un inquietante universo. Justo como en la vida.
foto: "Curvaceous" Christina Hendricks entre mad men.

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