sábado, marzo 28, 2015

Sombras (nada más)







Carlos Aranibar afirma en uno de sus excelentes ensayos que escribir poesía es para el poeta una manera de escapar de su sombra. Probablemente se refiere a que la parte más estrictamente terráquea del poeta de alguna manera se sublima en el minuto de la poesía. Esa es una idea empedernidamente romántica. Pero a nosotros se nos ocurre en este instante que la vieja y algo cursi idea de la sombra como enigmática adherencia puede ser reinterpretada. El poeta resultaría  entonces alguien que, consciente de que la sombra es producto del conflicto entre la masa oscura y la energía luminosa, decide descifrar (y hasta se atreve a  recodificar) esa forma que nos persigue incansable.
Foto: Christopher Lucka.


El problema de ser un héroe

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